Como dos gotas de agua

Gonzalo Castaño Zapata

Gonzalo Castaño Zapata

POR: Mery Martínez


Dicen que la memoria tiene propiedades de traspasar fronteras, que se activa con pequeñas imágenes cuando cerramos los ojos, o viene de repente cuando nuestra nariz advierte olores recurrentes; otros dicen que la memoria se comparte en cada célula que traspasamos entre nosotros y que somos el recuerdo mezclado de nuestros padres, abuelos o tíos, “esa risa es del abuelo”, “tiene los ojos de su madre”. En ocasiones el parecido es tan abrumador que terminamos siendo como gotas de agua, extremadamente parecidos “hasta en el genio”, en los gustos o incluso en una vida entera.

Así, como dos gotas de agua que transitan en la misma dirección, describen a Gonzalo Castaño, no por su parecido físico a su padre Rubén Castaño, sino porque sin quererlo, o tal vez sí, recorrió milimétricamente cada paso que él dio.

Gonzalo Castaño Zapata nació en Manizales, era un hombre serio, orgulloso, imponente y buen mozo, con grandes convicciones revolucionarias. Estudió electricidad en el SENA, lo que le permitió trabajar en la universidad de Caldas, donde recién llegado integró el sindicato que su padre fundó, llegando a ser su presidente en el momento en que asesinaron a su padre Rubén. Tuvo tres hijos, Yira Paola, Cristian Gonzalo y Tania.

A Gonzalo le recuerdan no solo por el parecido físico a su padre Rubén Castaño, sino porque recorrió milimétricamente cada paso que él dio.

Placas Gonzalo y Ruben Castaño
Nota Muerte de Gonzalo
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Esta fue la nota de prensa publicada por el periódico La Patria, donde mencionan que la muerte de Gonzalo Castaño fue un suicidio. Sin embargo, su familia, amigos y su gente más cercana sabe que Gonzalo fue víctima de asesinato y calumnia.| FUENTE: La Patria, 23 de Julio de 1990.


Le gustaban los tangos, esos que lo acompañaban en las noches de copas con sus compañeros. Militó, en el Partido Comunista Colombiano, como lo hizo su padre, como lo hacen sus hermanos, pero él fue el hijo más rebelde de la familia: contestatario, de carácter fuerte, como dice su hermano Ricardo “un hombre sin agüero”, pero de esencia tierna para quienes tuvieron el privilegio de conocerlo más allá de los discursos políticos. Su voz ronca, su pasión discursiva y su abundante melena, imponían alegría en cotidianidad ya sea asesorando la lucha sindical, apoyando las huelgas como la de Cementos Caldas, derivados del azufre y de muchos otros sectores sociales y populares. Esa labor lo llevó a integrar la Junta Directiva Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, a ser concejal por la UP en Manizales, y a convertirse en uno de los dirigentes más destacados de su Partido.

Walter Castaño, hermano de Gonzalo, cuenta cómo lo recuerda desde la relación entre él y su papá.


La muerte de Gonzalo está rodeada de hechos confusos. Se dio en presencia de conocidos, con quienes se encontraba departiendo al son de unas copas. Una de esas personas era ex esposa de un policía, lo que resultó una casualidad curiosa, al igual que el hecho de que poco tiempo atrás a Gonzalo le había sido retirado el esquema de seguridad que el antiguo y corrupto DAS emplazaba a quienes, como decía Jaime Pardo, “estaban amenazados de muerte, por su fidelidad, desde cuando eran jóvenes, a la patria, al pueblo, a los trabajadores y a la causa del socialismo”. Dicen aquellos que lo acompañaban ese día que “Chalo” como le decían sus amigos, se suicidó. Sin embargo, su familia amigos y camaradas, su gente más cercana, sabe que Gonzalo fue víctima de asesinato y calumnia, que a pesar de las presiones psicológicas, la persecución del Estado, a pesar del miedo constante y de las noticias del genocidio de sus compañeros, Gonzalo siempre fue un necio que nunca le hizo caso al miedo, un necio, como lo dice Silvio Rodríguez, que caminando y marchando fue lo que fue “cuando asumió al enemigo… la necedad de vivir sin tener precio”.

Desde ese fatídico 19 de julio de 1990, su familia, amigos y camaradas del partido han buscado la verdad de los hechos y por esa gran labor el caso de Gonzalo fue incluido en la cifra de asesinatos selectivos del genocidio de la UP, que aún es materia de investigación. Su presencia todavía sigue en la memoria, su fuerza y entereza es la motivación para que hoy se siga buscando la verdad y la justicia sin impunidad.

Ruben Castaño