La guerrera comunera

María Fabiola Largo Cano

Luis Ángel Chaurra

POR: Julián David Carmona.


La experiencia de la vida nos revela la esencia de lo que llamamos humanidad, que se manifiesta a través de la diferencia y la multiplicidad. Unos deportistas, fuertes y hábiles, otros asiduos lectores y profundamente intelectuales, otros graciosos e ingeniosos, pero en definitiva todos en su infinidad de variaciones, como expresión de lo que llamamos espíritu humano.

La presente historia no es más que la narración del trasegar en el mundo de una vida humana, como cualquier otra, pero por las particularidades de sus formas y contenidos fue cruelmente condenada por la historia con la cesación anticipada de su existencia.

El recuerdo de lo que fue la vida de María Fabiola Largo significa lucha, identidad cultural, humanismo, amor y sacrificio. Su esencia se satisfacía permanentemente a través del logro de bienestar para su comunidad Embera Chamí, en Supía y Riosucio y sus respectivos resguardos, Nuestra Señora Candelaria de las Montañas y Cañamomo Lomaprieta. María Fabiola expresaba su humanidad dándole felicidad a quienes la rodeaban y, finalmente, a todo aquel que, como ella, luchara por la igualdad y la dignidad para hacer de la sociedad de hombres y mujeres una sociedad verdaderamente humana.


María Fabiola, oriunda del resguardo de Nuestra Señora Candelaria de las Montañas, del corregimiento de Sipirra, municipio de Riosucio, fue militante del Partido Comunista Colombiano, pero esta militancia no fue ni casual ni arbitraria, sino necesaria del desarrollo de la subjetividad de esta mujer en la lucha de los intereses de sus hermanos comuneros, de todas estas personas que históricamente fueron desplazadas y victimizadas por el violento terror del Estado y de aquellos poderes económicos de su región. En esa lucha, la comunidad la posicionó como Cabildante, como reconocimiento a su liderazgo y posteriormente en 1998 a sus 43 años fue nombrada gobernadora de su Resguardo durante cuatro periodos consecutivos, hasta el 2002, año en el que desapareció físicamente de este mundo.

Impulsó procesos de educación propia de la identidad cultural Embera Chamí y, como fruto de este trabajo, nació la Institución Educativa María Fabiola Largo Cano, que hoy da formación académica, en nivel de primaria y secundaria, a los comuneros jóvenes y adultos del corregimiento de Sipirra.

Durante su gestión como gobernadora también logró concretar la primera etapa del Acueducto de occidente, que aportó al goce de mejores condiciones de vida a los habitantes del Resguardo Nuestra Señora Candelaria de las Montañas.



Miles de habitantes de Riosucio le brindaron el último adiós a la ex gobernadora del resguardo indígena de La Montaña. Despuès de la ceremonia los habitantes caminaron hasta la vereda Pueblo Viejo donde nació Fabiola.

Celebración Familiar

Todo este trabajo, sumado a muchas más labores, permitieron que en el año 2000 los resguardos de Cañamomo Lomaprieta y Nuestra Señora Candelaria de las Montañas, la postularan en Asamblea como candidata a la Alcaldía de Riosucio, para que, en defensa de sus intereses como pueblo indígena, enfrentara por la vía electoral a los tradicionales poderes políticos y económicos del municipio.

No es menor advertir que el conflicto político-económico entre los latifundistas de la región y la comunidad indígena, para esa época y para la actual, tuvo su motivación principal en la contradicción de los intereses de posesión y propiedad sobre la tierra: mientras los unos buscan los recursos, los indígenas defienden su identidad cultural, su existencia espiritual y, por lo tanto, su territorio como un todo. Si bien el resultado del proceso “democrático” no le favoreció, la participación de María Fabiola evidenció un movimiento identitario y político que se manifestaba con fuerza desde las comunidades indígenas.

El 9 de abril del año 2002, dos individuos que se movilizaban en moto abrieron fuego contra la humanidad de María Fabiola; en total fueron tres disparos, los dos primeros los hizo el sicario desde la moto, el último fue realizado a quemarropa con la intención de asegurar la muerte de la líder.

María Fabiola fue asesinada por el Bloque Pipintá de las AUC, con responsabilidad reconocida por Pablo Hernán Sierra jefe paramilitar. Con su confesión adjudicó, además, responsabilidad criminal al Batallón Ayacucho del Ejército Nacional. Esta trágica historia de una vida privada de un fin natural; la vida de María Fabiola Largo Cano violentamente interrumpida a causa de intereses particulares y su lucha comunitaria. Esta historia fue la muy somera narración de una vida; vida que en su naturaleza no difiere de quien escribe estas palabras, ni de quien las lee.

Luis Chaurra